8 claves para planificar tus objetivos de Año Nuevo (¡y lograrlos!)

¿Alguna vez te has planteado objetivos al comenzar el año nuevo?firma de auditoria

¿Y alguna vez has sentido que se había terminado el año y quizás te habían quedado demasiados sin cumplir?

A mí me pasaba algo similar: empezaba un nuevo año y me ponía unos objetivos que me “sonaban” bastante de años anteriores:

“Este año, sí o sí, voy al gimnasio”

Y luego a las pocas semanas dejaba de ir regularmente, iba por temporadas: algunas veces por estar demasiado ocupado, otras por no sentirme con energías, que si ahora las vacaciones de semana santa, que si ahora las de verano… total que llegaba el final del año y no había hecho ni la mitad de la mitad de lo que me había propuesto hacer. Y según empezaba el año siguiente, me decía a mí mismo:

“Este año, sí o sí, voy al gimnasio”

Para mí esto era como vivir en el Día de la Marmota: me ponía objetivos, no los cumplía y me volvía a poner los mismos. En los focos básicos de mi vida, como podía ser por ejemplo aprobar la carrera, o en los proyectos del trabajo, sí que notaba avances, al fin y al cabo, ¡es a lo que dedicaba la mayor parte de mi tiempo!

Pero mis objetivos de Desarrollo Personal parecían estancados. Porque no parecen esenciales: puedes vivir perfectamente un año más sin ponerte en forma, quedarte en tu peso ideal, dejar de fumar, aprender a tocar la guitarra o lanzar tu propio blog.

Pero yo quería dar un paso más, y realmente conseguir mis objetivos personales. Y para ello me dí cuenta que era muy útil hacer lo que hacía Hannibal Smith en el equipo A: tener un plan que funciona. firma de auditoria

Las siguientes 8 claves (+1 de bonus) para definir tus objetivos están adaptadas de la Programación Neurolingüística. En los últimos años me han sido muy útiles para definir exactamente qué es lo que quiero y cómo lo voy a conseguir.

1. Enunciado en Positivo

Nuestro cerebro tiende a enfocarse en aquello en lo que pensamos.

Por ejemplo, cuando deseamos comprar un coche nuevo, por la calle tendemos a fijarnos en los coches que nos gustan. O una pre-mamá a la que le parece que hay más embarazadas por la calle.

Tiene una explicación biológica (El Sistema de Activación Reticular es la parte de tu cerebro que entre otras cosas regula la atención, es como un radar que te avisa de aquello externo que coincide con tus pensamientos).

También lo puedes ver como un tema de desarrollo personal. Como dice Harv Eker, “Aquello en lo que te enfocas se expande”. firma de auditoria

La cuestión es que nos sentimos atraídos hacia aquello que ocupa nuestros pensamientos. Por tanto en lugar de pensar qué no queremos, es más útil pensar qué queremos y fijar nuestras metas para este año a raíz de ello:

Quiero dejar de ser perezoso → Quiero ponerme en forma
Deseo dejar de estar gordo → Quiero estar en mi peso ideal
Quiero dejar de ser pobre → Quiero aumentar mis ingresos
Quiero dejar de hacer el vago en mi tiempo libre → Quiero poner en marcha un blog que dé resultados

2. Meta Bajo Tu Control

Nuestro objetivo tiene que depender de nosotros mismos, y no de los demás.

Cuando definimos objetivos y planes para este año que dependen de los demás, estamos poniendo fuera de nuestro control si se cumplen o no se cumplen.

Por ejemplo si digo “me voy a echar novia” (o novio). En parte puede depender de mí, pero si la candidata o el candidato que tengo en mente no está por la labor de salir conmigo, pues por mucho que me empeñe no va a suceder. firma de auditoria

Sin embargo, lo que sí puede estar en nuestra mano es salir a conocer gente, porque eso aumentará nuestras probabilidades de encontrar pareja.

De la misma manera la gente no tiene por qué leer tu blog, o comprar tu producto. El número de visitas de tu blog o el número de ventas realizadas son resultados. Está bien medirlos y controlarlos, y procurar mejorarlos, pero no son tus objetivos. Tus objetivos serían tus publicaciones y tus campañas de marketing y ventas.

“Voy a echarme pareja” → “Voy a salir a conocer gente”
“Levantare 90 kilos en press de banca” → “Voy a ir al gimnasio regularmente”
“llegare a 1.000 suscriptores en el blog” → “Voy a escribir regularmente en el blog”

3. Especificación Ajustada

Un objetivo ambiguo nos dará resultados ambiguos. Si nuestro objetivo es tan genérico como “ir más al gimnasio” o “comer menos comida basura”, no tendremos claro si lo estamos consiguiendo o no. firma de auditoria

Si trabajamos sobre metas concretas, obtendremos resultados concretos.

Voy a ir más al gimnasio → Voy a ir 3 días en semana al gimnasio
Escribire más en el blog → Voy a escribir mínimo 1 vez a la semana en el blog
Aprendere a tocar la guitarra → Voy a tocar la guitarra media hora todas las tardes

Un observador externo debería ser capaz de verificar sin lugar a dudas si hemos conseguido nuestro objetivo o si aún no está completo.

Es difuso saber si has ido “más” al gimnasio o si has escrito “más” en el blog. Es más fácil comprobar si realmente has ido 3 veces en una determinada semana, o si esta semana te has saltado el publicar en el blog.

Permítete la flexibilidad: aunque ajustes tu objetivo, no seas demasiado duro contigo mismo, porque si no, en el momento en que falles te pueden entrar ganas de tirar la toalla.

Es muy útil definirlo con la palabra “casi”. Por ejemplo: “voy a ir 3 días al gimnasio casi todas las semanas”. Si alguna semana no puedo ir 3 días y voy sólo 1 o 2, tampoco me fustigo demasiado. Eso sí, no vale utilizarlo como excusa: que el “casi” no se convierta en “casi nunca” 😉

4. Tamaño Apropiado

Si nunca has pisado un gimnasio y la primera semana quieres ir 3 horas cada día a hacerte una tabla completa de entrenamiento y alguna clase colectiva extenuante, posiblemente cuando llegue el sábado tendrás agujetas hasta en el perfil de facebook. Y posiblemente a la siguiente semana tendrás muchas papeletas para que no te apetezca nada de nada volver a semejante tortura china.

Los proyectos demasiado ambiciosos son fáciles de abandonar: hay que abarcar cosas que veamos que están a nuestro alcance. Igualmente, los proyectos demasiado fáciles no nos suponen salir de nuestra Zona de Confort, no nos aportan progresos tangibles. firma de auditoria

Nuestro objetivo tiene que ser retador pero alcanzable.

5. Objetivo Motivador

Si te pones como objetivo, digamos, aprender a tocar el ukelele rosa, y no es una cosa que te llame especialmente, en cuanto tengas algo más urgente o importante que hacer, se terminó la práctica del ukelele.

Ponernos un montón de objetivos sólo por tener muchas cosas que hacer, si de verdad no están enfocados a conseguir algo que realmente nos apasiona, sólo servirá para tener una larga ristra de objetivos abandonados a lo largo del camino.

La pregunta que nos hacemos aquí es:

¿para qué quiero yo este objetivo?

Tenemos que preguntarnos qué vamos a conseguir con este objetivo, y si aquello que vamos a conseguir realmente nos apasiona.

Si realmente te apasiona el ukelele, o cualquier otro instrumento, y tocándolo disfrutas como un gato al lado de un radiador, entonces, ¡este objetivo es para ti!

Cuidado con ponerte retos para demostrarte a ti mismo lo que vales: muchas personas a veces nos ponemos objetivos simplemente para demostrarnos a nosotros mismos que podemos conseguirlos. No porque nos guste el resultado sino para demostrarnos que valemos.

En mi experiencia esto es un error, puesto que el esfuerzo invertido es enorme simplemente para conseguir demostrarnos algo a nosotros mismos y poder subir nuestra autoestima. Esto sucede porque algunas personas tenemos una autoestima condicionada a resultados (si nos salen las cosas bien nos ponemos contentos, pero si nos salen mal nos frustramos muchísimo con nosotros mismos).

Llevo muchos años trabajando temas de autoestima y en mi experiencia es mucho más útil quererte a ti mismo incondicionalmente (quererte igual si te salen las cosas bien que si te salen mal) y marcarte objetivos que te acerquen a los resultados que realmente quieres, porque te apasiona el tema o porque van a mejorar cualitativamente tu vida.

6. Recursos Necesarios

Los recursos son aquello que nos hace falta para conseguir nuestro objetivo.

Distinguimos dos tipos de recursos:

  1. Los recursos externos son aquellos que están fuera de nosotros. Básicamente los podemos resumir en: tiempodinero y energía. Si quieres ir al gimnasio tendrás que buscar el hueco en tu agenda, y además pagar la cuota del gimnasio. Estos recursos son (hasta cierto punto) intercambiables: puedes por ejemplo hacer todas las tareas de tu blog tú mismo, con un coste de tiempo y energía, o subcontratar determinadas tareas, con un coste económico.
  2. Los recursos internos son los que más nos interesan desde el punto de vista del desarrollo personal. Son los estados internos que tendrás que potenciar para lograr tus objetivos. Por ejemplo, si quiero escribir en mi blog todas las semanas, tendré que potenciar mi disciplina para encontrar un hueco para escribir. Si quiero encontrar pareja tendré que aumentar mi sociabilidad (además de la habilidad de socializar, me refiero a las ganas de conocer gente y conectar con otras personas).

7. Intención Positiva

Tu situación actual te aporta un beneficio.

En lo que tienes ahora, hay algo que consideras que es bueno para ti. Si no, si fuera 100% nocivo, no lo harías.

Por ejemplo, fumas para relajarte. O comes comida poco sana porque está muy rica.

Hasta en el mayor de los autosabotajes hay una intención positiva detrás. Por ejemplo, no creer que te merezcas el éxito.

Para cambiar tu situación tienes que encontrar una manera de mantener esa intención positiva.

Si nos ponemos un objetivo que nos quita algo que para nosotros es positivo, seguramente abandonaremos ese objetivo, o aparecerá algún perjuicio secundario.

Por ejemplo si fumamos para relajarnos, y dejamos de fumar, nos puede entrar ansiedad. Con lo que volveremos a fumar, o comeremos compulsivamente para calmar esa ansiedad, y engordaremos.

Si quiero emprender, y ahora mismo estoy trabajando por cuenta ajena, igual hay cosas que no me gustan, pero a fin de mes cobro. Esto es un efecto positivo para mí de la situación actual.

Si me lanzo a emprender y en los primeros meses veo que no ingreso nada, puedo o abandonar rápidamente el emprendimiento y volver a buscar trabajo por cuenta ajena, o obsesionarme demasiado con los ingresos, por ejemplo intentando hacer ventas agresivas que puedan molestar a mis clientes.

Tómate un momento para pensar qué tiene de bueno la situación actual y cómo puedes mantenerlo una vez que te lances a por tu objetivo.

Por ejemplo, para calmar la ansiedad de dejar el tabaco puedes recurrir a chicles de nicotina, o aún mejor a técnicas mentales como la meditación o la hipnosis de tabaquismo.

Antes de lanzarte a emprender puedes o bien crear un colchón económico holgado, o empezar con un proyecto paralelo a tu situación actual, para que el no ingresar dinero al principio no te quite el sueño.

8. Chequeo Ecológico

Nuestra vida no es un conjunto de elementos aislados, sino un sistema completo en el que los diferentes elementos interactúan entre sí.

Es importante tener en cuenta cómo va a afectar el objetivo (tanto el perseguirlo, como el conseguir los resultados finales) al conjunto de nuestra vida.

Un amigo mío que ascendió en el trabajo me comentaba que muchos días le ponían reuniones a las 7 de la tarde, ¡es lo que tiene ser jefe!

De la misma manera si voy dos horas al gimnasio varios días en semana, seguramente notaré esa falta de tiempo: esos días voy a tener mucho menos tiempo para dedicarlo a otras cosas.

Y si empiezo una dieta y las personas con las que convivo no, seguramente tendré que cocinar para mí algo diferente de lo que coma el resto, ¡esto puede suponer un trabajo adicional!

Bromas aparte, la pregunta que nos haríamos sería: el perseguir este objetivo y el obtener los resultados finales, ¿cómo va a afectar a mi vida? ¿cómo va a afectar a mi entorno, a mi familia o a las personas que me rodean? firma de auditoria

Una vez que tengamos claros todos los puntos anteriores, tendremos un objetivo bien definido y planificado, y podremos ponernos manos a la obra. No obstante, hay una clave más que es muy útil a la hora de conseguir que todo esto funcione:

+1 : Revisión

¡Revisa tus objetivos!

Cada cierto tiempo dependiendo del objetivo (y mejor si no es de año en año), comprueba si realmente lo estás logrando: firma de auditoria

  • ¿Sigo deseando este objetivo?
  • ¿Lo estoy consiguiendo?
  • Si no lo estoy consiguiendo, ¿qué tengo que cambiar?
Proceso de revisión de objetivos

Al revisar nuestros objetivos aparecerán Barreras, que son el inverso de los recursos: es aquello que nos está impidiendo lograr el objetivo.

Nuevamente pueden ser externas: falta de tiempo, dinero o energía; o internas: hay algo dentro de nosotros que nos impide focalizarnos 100% en conseguirlo, quizá no lo deseamos con la suficiente intensidad, o nos autosaboteamos de alguna otra manera, en cuyo caso tendremos que realizar algún trabajo interior.

Conclusión

Planificar nuestros objetivos para el año nuevo es una forma práctica de maximizar las probabilidades de conseguirlos.

Para ello defininiremos nuestros objetivos con:

1 – Enunciado en Positivo
2 – Meta Bajo Tu Control
3 – Especificación Ajustada
4 – Tamaño Apropiado
5 – Objetivo Motivador
6 – Recursos Necesarios
7 – Intención Positiva
8 – Chequeo Ecológico
+1 – Revisión firma de auditoria

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